03/10/18

EMOCIONES, MÚSICAS Y CEREBROS

EMOCIONES, MÚSICAS Y CEREBROS Charla: José Luis Díaz Gómez Mesa redonda: Joseline Vega Osornio, Cinthya García Leyva y Andrés Franco Medina Mora Modera: Rossana Lara Velázquez En los albores de la humanidad, danza, música y ceremonia coevolucionaron. Se dice que la música es “el lenguaje de máquina del cerebro humano” y también “la forma en la que le contestamos a los Dioses”.Hasta ahora, poco se conoce de la manera en que la experiencia estética visual se combina con el disfrute musical en el espectador de danza. Semir Zeki, el descubridor del “centro cerebral del color-V4”, es también aquí el pionero. El cerebro procesa la música en múltiples zonas de ambos hemisferios cerebrales. Bailar cantando en ceremonias grupales con movimientos rítmicos es una de las actividades más complejas de la socialización humana en busca de sentido. La reflexión sobre la experiencia del movimiento creativo ayuda a que el bailarín, y quizá también el músico, pueda desarrollar una gama más amplia de estrategias de innovación sensorimotora. El cerebro de los bailarines procesa más rápido y es más sensible a los cambios intracorporales (ínsulas), que el cerebro de los músicos. La narratividad, ese “interpretador del hemisferio izquierdo”, es multisensorial, visual y verbal; también es musical y, por tanto, fuertemente emocional. La neuroliteratura ha avanzado mucho y comienzan a describirse redes de integración de texto, redes de imagenología espacial, redes semánticas (que cubren los dos metros cuadrados de corteza cerebral), redes que monitorean la secuencia. Alfred Hitchcock es exitoso en activar fluctuaciones emocionales similares en su audiencia y esto se refleja en una sincronización neurohemodinámica notable en los espectadores.

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